En el recreo de la escuela del frondoso bosque, todos los animalitos salían al patio a jugar.
El zorro Guille siempre iba contento porque le gustaba compartir y divertirse con los demás.
Pero un día se encontró con un grupo de zorros y jabalíes que jugaban de manera brusca: empujaban, gritaban y no respetaban a los demás.
—¡Ven, Guille, juega con nosotros! —le llamaban entre burlas.
Guille, aunque quería tener amigos, dudó. En ese momento recordó los consejos de su abuelo:
—“Si alguien juega mal o se porta mal, simplemente aléjate en silencio.”
El zorrito respiró hondo y respondió:
—No, gracias. No quiero lastimar a nadie.
Y se marchó a jugar con las ardillas, que trepaban felices por los árboles.
De esa manera, Guille descubrió que la verdadera diversión está en jugar con respeto, alegría y buenos amigos.
También comprendió que no se trata de pelear ni de enfrentar a nadie, sino de saber marcharse en silencio con sabiduría.
✍️ Autora: María Abreu
"Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él."
Proverbios 22:6
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