
El pequeño duende salió
corriendo de entre las flores del bosque y entró a su casita muy nervioso.
Caminó hacia la cocina
y encontró a la madre preparando la comida. Quiso guardar silencio pero no pudo,
sentía incertidumbre; por eso exclamó:
_ ¡Mamá tengo temor!
La madre le miró muy
comprensiva. Dejó de cocinar, agarró al pequeño duende de la mano y se lo llevó
al salón. Allí lo sentó en el sofá y comenzó escucharlo:
_ Mamá tengo...