.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

🌿 El cuento del Salmo 91

 

🌿 El cuento del Salmo 91

En un pequeño pueblo rodeado de árboles, montañas y ríos, vivía Lucas, un niño alegre, juguetón y curioso.



A Lucas le encantaban las aventuras, por eso un día dijo:
—Mamá, ¿puedo ir al bosque a buscar a mi burrito para dar un paseo?

—El burrito está un poco lejos de casa, pero puedes ir —respondió su madre.

Entonces Lucas, muy feliz, se fue corriendo hacia el bosque. Pero de pronto escuchó un fuerte rugido…
¡Era un enorme león de melena gris que se acercaba con pasos lentos y mirada feroz, dispuesto a atacarlo!

Lucas se detuvo con el corazón latiendo muy fuerte. Puso la mano en el pecho, se giró y se encontró cara a cara con el león. En ese mismo instante se oyó un gran estruendo en el cielo: ¡un rayo cayó y partió un árbol en dos! El león, asustado, salió corriendo y desapareció entre los árboles.

Lucas miró al cielo y sintió en su corazón que alguien lo había salvado.

Continuó su camino, pero tropezó con una rama y cayó al suelo, justo al lado de una enorme serpiente que sacaba la lengua y se movía con intención de tragárselo. Lucas se levantó rápidamente y corrió con todas sus fuerzas. Al mirar hacia atrás, vio a un cazador que con su machete había cortado la cabeza de la serpiente.

Siguió caminando entre la maleza, aún asustado, sin saber si continuar o regresar, hasta que escuchó a su burrito rebuznar:
—¡Jijo, jijo!

Entonces se dio cuenta de que ya estaba cerca.

Todo parecía tranquilo… hasta que un relámpago iluminó el cielo, seguido de un trueno ensordecedor. La lluvia empezó a caer tan fuerte que parecía que se desataba una tormenta.

Lucas, con las manos sobre la cabeza, corrió y se refugió dentro de una cueva. Los relámpagos centelleaban en el cielo, los truenos retumbaban en el bosque y la lluvia no cesaba. Tenía miedo… sí, mucho miedo.

Se sentó en el suelo, puso la cabeza entre sus piernas, queriendo llorar y gritar… hasta que recordó lo que su madre siempre le enseñaba, los versículos del Salmo 91:

“Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia.”

Entonces Lucas oró a Dios, sabiendo que Él lo escuchaba y lo cuidaba de todo mal. Seguro de que Dios había enviado un ángel para protegerlo, se quedó dormido en medio de la tormenta, confiado y en paz.

Pasaron las horas, y alguien se asomó a la entrada de la cueva extendiéndole la mano. Era aquel cazador que había matado a la serpiente.

Lucas se levantó y lo siguió hasta su burrito. Subió feliz sobre él y regresó a casa, donde le contó a su mamá todo lo que había sucedido.

Esa noche, antes de dormir, Lucas sonrió y dio gracias a Dios, porque comprendió que el Señor siempre cuida a los que confían en Él



← ANTERIOR PROXIMA → INICIO

SUSCRÍBETE

Vistas de página en total

TE GUSTARON LOS CUENTOS?

Sports

Cuentos por categorías

m

Visita feliz