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jueves, 26 de junio de 2025

DANIEL EN EL POZO DE LOS LEONES

 

Daniel y los leones dormilones

Basado en Daniel 6 – Adaptado por María Abreu

Había una vez un hombre sabio y valiente llamado Daniel. Vivía en un país muy lejano, en el reino de Babilonia, donde trabajaba para el rey Darío. Daniel era muy especial: oraba a Dios tres veces al día, todos los días, y nunca dejaba de hacerlo, aunque estuviera ocupado.

El rey Darío confiaba mucho en él, tanto que pensaba hacerlo el jefe de todo el reino. Pero a algunos hombres malvados no les gustó eso, y decidieron hacerle una trampa.

—¡Nunca encontraremos algo malo en Daniel… a menos que tenga que ver con su Dios! —decidieron.

Entonces fueron al rey con una idea engañosa:

—Oh, gran rey Darío, ¡haz una ley que diga que durante 30 días nadie puede orar a ningún dios, solo a ti!

El rey, sin sospechar nada, firmó la ley. Era una ley que no se podía cambiar.

Pero Daniel, cuando supo de la nueva ley, siguió orando como siempre, con las ventanas abiertas hacia Jerusalén. ¡Él sabía que obedecer a Dios era más importante que obedecer a los hombres!



Los hombres malvados corrieron a acusarlo. Y aunque al rey no le gustó, no pudo cambiar la ley. Así que, con el corazón triste, ordenó que echaran a Daniel al foso de los leones.

—¡Que tu Dios, a quien sirves siempre, te salve! —le dijo el rey a Daniel antes de cerrar el foso.

Esa noche, el rey no pudo dormir. No comió, no escuchó música… solo pensaba en su amigo Daniel.

Muy temprano al amanecer, corrió al foso y gritó:

—¡Daniel! ¿Acaso tu Dios pudo salvarte de los leones?

Entonces, una voz alegre respondió desde adentro:

—¡Viva el rey! Mi Dios envió a su ángel y cerró la boca de los leones. ¡No me han hecho daño!

El rey se puso tan feliz que mandó sacar a Daniel inmediatamente. ¡No tenía ni un rasguño! Luego, el rey ordenó que los hombres malvados fueran castigados por su trampa.

Desde ese día, el rey Darío hizo una nueva ley: todos debían respetar al Dios de Daniel, porque Él es el Dios vivo que salva y hace maravillas.

Y Daniel siguió siendo bendecido, porque confió en Dios y nunca dejó de orar.



viernes, 20 de junio de 2025

CUENTOS NUEVOS VIRALES “La ovejita que se alejó del redil… y encontró algo increíble”

 

Había una vez una tierna ovejita llamada María, que vivía feliz en un campo verde, bajo el cuidado amoroso del Buen Pastor.

Cada mañana, María brincaba entre los pastos, corría con sus amigas, y le encantaba escuchaba al Pastor cantar salmos al sol. Pero un día, mientras exploraba más allá de la colina, María vio un saltamontes de colores que la hizo alejarse sin darse cuenta del redil del pastor.



— Corriendo detrás del saltamontes María no notaba que las montañas se volvían grises y el viento mucho más frío.

De pronto, el saltamontes se escondió y desapareció, y María se encontró sola. No veía a sus amigas, ni al tierno Pastor, ni el camino de regreso al redil.

—“¿No sé dónde estoy? ¿Qué haré ahora?” — baló con mucho miedo sintiéndose perdida.

En medio del triste silencio, escuchó un suave silbido.

¡Era el Buen Pastor! Venía bajando por la montaña, con su bastón, buscando a María.

—“¡Te encontré, mi ovejita!” —dijo con una sonrisa y lágrimas en los ojos.

El buen Pastor la abrazó, la cargó en sus brazos, y cantó mientras regresaban al redil. La ovejita María aprendió algo muy importante ese día:

Aunque te alejes del redil, Jesús siempre te busca con amor y te guarda de todo peligro.

Desde ese día, la ovejita María comprendió que el lugar más seguro es al lado del Pastor.


Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Juan 10: 11




CUENTOS NUEVOS VIRALES “La ovejita que se alejó del redil… y encontró algo increíble”

 

“La pequeña estrella que iluminó a Jesús  | Cuento cristiano para niños (con enseñanza de amor)”


En lo alto del cielo vivía  Carita, una estrellita  sonriente,  inquieta y muy brillante.

Pero había un problema… Y es que Carita se sentía inferior entre tantas grandes y brillantes estrellas.

—¡Me gustaría hacer algo importante!  ¿ No sé si Dios me ve aquí donde estoy?

En ese momento Jesús caminaba entre las montañas enseñando sus mandamientos a las personas que lo seguían.



Carita miró hacia la tierra y vio a Jesús hablando con la gente, sanando y haciendo todo tipo de milagros.

Entonces su corazón de llenó de entusiasmo y pensó:

- Me gustaría brillar para Jesús, pero soy tan pequeña.

Carita intentaba bajar un poco a la tierra intentando acercarse a Jesús. Pero se acordó que la oración siempre nos acerca a Jesús sin importar el tiempo o la distancia.

- Señor, ayúdame a tener más luz  para poder iluminar a los demás.

En ese momento Jesús frena sus pasos para escuchar atentamente la oración de Carita la estrellita.

Y mirando al cielo le contestó la oración con una dulce sonrisa diciendo:

Cada luz por pequeña que sea puede iluminar el camino a los demás, porque Dios no busca cosas grandes, sino corazones dispuestos a servirle.

Cuando la estrellita Carita entendió esto brilló más fuerte que nunca porque lo estaba haciendo para Dios.

Autora: María Abreu

Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos.  MATEO 5: 16



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