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domingo, 20 de abril de 2014

CÓMO SER FELIZ

Un niño de doce años de edad se dispuso a buscar la felicidad en todas las cosas y en cada circunstancia de la vida.

Y una tarde decidió coger su cuaderno para escribir su plan de felicidad el cual estaba dispuesto a cumplir al pie de la letra.

Aunque sabía que su plan requería de gran esfuerzo y constancia, estaba dispuesto a cumplirlo y, esto fue lo que escribió: tendré un sueño que cumplir, venceré todos mis miedos, haré del conocimiento mi mejor aliado, viviré en paz con los demás y aumentaré todos mis bienes materiales.

Pasaron los años y este niño creció y cumplió muchos de sus sueños, e incluso llegó a ser un rico empresario.

Pero veía que su plan de felicidad cada día iba cuesta abajo porque aunque tenía éxito y disfrutaba de muchas cosas sentía que todo era muy pasajero.

 Esto hacía que se encontrara muy frustrado porque se daba cuenta que realmente aún no había encontrado la felicidad.

Y para su pesar, todos los días cuando aparcaba su lujoso coche cerca de la empresa veía a un mendigo que amablemente siempre le saludaba con una sonrisa. Hasta que un día muy molesto decidió acercarse a preguntarle:

_ ¿Eres feliz, o sólo sonríes por las pocas monedas que te dan?

_  ¡Sonrío porque soy feliz,  he encontrado la felicidad!_ respondió el mendigo.

_ ¿Cómo puedo ser feliz? Porque yo llevo años buscando la felicidad_ volvió a preguntar el empresario.

_ ¡La felicidad está en el hombre que encuentra la verdad y la sigue!_ contestó el mendigo.

_ ¿De qué verdad me hablas? ¿A quién tengo que seguir?­_ curioseó el empresario.

_ ¡Jesús es la verdad!  Tú necesitas llenar tu alma de la felicidad y de bienestar eterno que sólo él te puede dar_ aclaró el mendigo.

Entonces el empresario, dejándole una gran cantidad de dinero se marchó con la disposición en su corazón de buscar la felicidad en Jesús.

Autora: María Abreu
La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. (Lucas 12: 15)






martes, 1 de abril de 2014

LLUVIA,TRUENO Y TRUENOS EN EL BOSQUE

Los ruiseñores le entonaban un dulce canto al amanecer, las flores se despertaban abriendo sus coloridos pétalos y los insectos comenzaban a trabajar sobre los troncos y las ramas de los árboles.

También un conejito salía de su madriguera dando saltitos porque aprovecharía el comienzo del día  para recolectar granos y zanahorias. Se divertía saltando por encima de las plantas gramíneas y de vez en cuando cortaba hierbas con sus incisivos superiores. También se recreaba rodando por el suelo.

¡Todo era maravilloso! ¡Un día soleado! Una nueva oportunidad para hacer las cosas que más le gustaban en el bosque.

Pero de repente, unas nubes negras provenientes de las altas montañas viajaban con la fuerza del viento y amenazaban con  acercarse al centro del bosque. El viento soplaba cada vez más fuerte y las gotitas de agua comenzaban a caer y a evaporarse por el calor de la tierra.

Pasaban los segundos, las gotas se hacían cada vez más grandes y se precipitaban sobre el suelo repetidamente formando grandes charcos de agua.

El conejito con sus pelos mojados miró para todos los lados pensando a dónde iría a refugiarse. ¡Estaba solo y asustado!

Pero la lluvia seguía cayendo, los truenos y relámpagos rugían de tal manera que parecía que el cielo iba a desplomarse. Entonces el sol decidió esconderse dejando el bosque a oscuras. También los pájaros se ocultaron y las águilas decidieron volar por encima de la tormenta.

Entonces el conejito espantado corrió y se escondió aferrándose al tronco de un árbol. Pero al ver a lo lejos que un rayo partió un gran árbol en dos, se dio cuenta que estaba en el refugio equivocado.

Corrió nuevamente mezclándose sus lágrimas con la lluvia que caía, su corazón latía tan fuerte que sentía que se iba a desmayar. Pero levantó la mirada y vio una enorme roca con sus más altos picos y corrió hacia ella hasta que encontró refugio en una pequeña cueva. Allí arriba permanecía cobijado pensando que los tiempos difíciles no duran para siempre. 


Autora: María Abreu. ( Con cariño  para Yolanda).

Sólo Dios es mi salvación y mi roca; porque él es mi refugio, jamás resbalaré. (Salmos 62:2)





lunes, 31 de marzo de 2014

Una idea diferente en navidad

Era el mes de diciembre, la profesora les había pedido a los alumnos que preparan un dibujo de navidad, los cuales serían presentados a un concurso.

Todos los niños se pusieron manos a la obra. Realizaron dibujos del pesebre, del nacimiento del niño Jesús y de Papá Noel  con diferentes  colores e incomparables formas.

Y cuando llegó el día de dar a conocer el nombre de ganador, premiaron al niño Andy.

Pero Carla no estaba de acuerdo con el fallo del jurado. Le parecía injusto y poco creíbleque, que el dibujo de Andy fuera el ganador, porque ella  entendía,  que su dibujo era el más bonito y el mejor decorado.

En la tarde, cuando la madre fue a buscarla a la escuela, la vio con cara de enojada y le preguntó el motivo.

Entonces Carla le contó todo lo sucedido y añadió, que el dibujo de Andy daba asco.

La madre guardó silencio por unos minutos y luego preguntó:

_ ¿Qué dibujó Andy?

_ Dibujó dos gusanitos, dentro de una manzana, celebrando la navidad_ contestó Carla.

La madre, sorprendida y con una sonrisa en los labios ,la miró a los ojos y le dijo:

_ Andy ha ganado, porque el jurado ha valorado su creatividad. Escucha, quiero que nunca olvides esto: La creatividad, es mucho más importante que la rutina.

Al escuchar esto, Carla tomó la mano a su madre y se marchó feliz pensando en darle la enhorabuena a su amigo Andy.

Autora: María Abreu

No te apresures en tu espíritu a enojarte, porque el enojo reposa en el seno de los necios. ( Eclesiastés 6:9)





lunes, 24 de marzo de 2014

La fuente de las hadas

En un lejano bosque vivían unas hadas para las cuales su prioridad en la vida era estar siempre bellas porque cada año un príncipe iba y elegía a una para casarse. Por eso casi siempre permanecían bañándose con especias aromáticas en las aguas cristalinas de la fuente de la belleza.

Una mañana cuando todas peinaban su larga cabellera llegó un príncipe y cuando las hadas lo vieron rápidamente salieron del agua colocándose una al lado de la otra como era costumbre para que el príncipe eligiera a su favorita.

Pero el príncipe quedó impactado con la belleza de Mindiz. Y para asegurarse que sería la compañera ideal se le acercó preguntándole:

_ ¿Para ti qué es más importante? ¿La belleza o la sabiduría?

Hada rosada
El hada Mindiz, con olor fragante, larga y rubia cabellera, mejillas rosadas y cuerpo escultural. Con mucha picardía le guiñó uno de sus ojos azules y respondió: 

_ ¡La belleza es más importante por supuesto!

El príncipe decepcionado y haciendo un movimiento con la cabeza le dijo:

_ Lo siento, no creo que seas tú a la que estoy buscando.

El hada Mindiz miraba con mucha tristeza cómo el príncipe se marchaba mientras que las demás le susurraban:

_ Has respondido bien amiga. ¡No estés triste!

Al día siguiente el hada Mindiz decidió salir a buscar flores aromáticas y para su sorpresa vio al príncipe sentado bajo la sombra de un árbol. Rápidamente se hizo una corona con las flores y se la colocó en la cabeza. Luego corrió y se le presentó haciéndole un divertido baile.

Pero para su desconcierto no logró impactarlo ya que sólo consiguió que terminara pidiéndole que se marchara.

Regresó minutos después y al ver que el príncipe continuaba en el mismo lugar se agachó detrás de un árbol y comenzó a tirarle piedrecitas.

_ ¿Qué haces?_ gritó el príncipe agachando la cabeza.

Ella al sentirse descubierta caminando de puntita se apresuró a preguntarle:

_ ¿Qué es eso que tienes en las manos?

_ Es un mapa_ respondió el príncipe.

_ ¡Uy! A mí no se me da bien leer los mapas ¿Para qué lo lees?_ preguntó el hada.

_ Estoy investigando otras fuentes donde haya hadas que no sólo se preocupen por la belleza para casarme con una_ respondió el príncipe.

Al escuchar esto el hada Mindiz se fue corriendo a la fuente de la belleza y entre lágrimas se lo contó a las demás hadas, pero éstas sólo guardaban silencio. Segundos después, ella misma rompía el silencio diciendo:

_ Una vez escuché decir que aquí en el bosque está la fuente de la sabiduría, podemos ir a buscar un poco.

_ Lo sentimos por ti amada amiga; pero sabes que nuestra profesión es estar siempre bellas. ¡Vivimos para la belleza!_ respondió una de las hadas.

El hada Mindiz preocupada porque no quería que el príncipe se marchara sin ella decidió marcharse sola.

Cuando llegó a la fuente de la sabiduría se sorprendió al ver que en sus aguas cristalinas resplandecía la ciencia de los consejos y la sensatez. Y maravillada decidió sumergirse en sus aguas.

Luego salió corriendo en busca del príncipe y al verlo que se estaba subiendo en el caballo gritó:

_ No te vayas sin mí. ¡Llévame contigo!

_  Lo siento, no respondiste bien a  mi pregunta_ dijo el príncipe.

_ Pregúntame otra vez_ clamó el hada.

_ ¿Qué es más importante la belleza o la sabiduría? _ preguntó el príncipe.

_ La sabiduría es más importante_ respondió el hada.

_ ¿Por qué?_ volvió a preguntar el príncipe.

El hada sorprendida porque no esperaba el por qué de su respuesta, con mirada tierna respondió:

_ Porque la sabiduría nos capacita para enfrentar con prudencia los diferentes acontecimientos de la vida.

El príncipe muy feliz por la respuesta bajó del caballo y la abrazó. Se la llevó al castillo y allí  se casaron y fueron muy felices.

Autora: María Abreu.
La mujer necia es alborotadora, ingenua e ignorante. (Proverbios 9:13)



viernes, 21 de marzo de 2014

Después de la caída

Juana estaba preocupada porque su hijo Lucas no había llegado a casa a la hora acostumbrada después de salir de la escuela.

La espera se le hacía eterna y seguían pasando los minutos. Pero de repente le vio llegar y corrió a su encuentro preguntándole:


_ ¿Hijo; por qué has llegado tan tarde?

_ Lo siento mamá es que Luis se había caído y, vi que algunas personas lo señalaban, otros se reían y uno lo culpaba.

_ ¿Y tú qué hiciste?_ preguntó la madre.

_ ¡Le ayudé a levantarse y le limpié las heridas!

Autora: María Abreu

El Señor sostiene a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos. (Salmos 145:14)


miércoles, 5 de marzo de 2014

El primer paso para alcanzar la grandeza



El niño Manuel, respondía a todas las preguntas que hacían los profesores en las diferentes materias y se alababa a sí mismo de ser el más inteligente de la clase.

Nunca perdía una discusión, el perdón lo veía como una debilidad y los conflictos debían solucionarse de la manera que él esperaba. 

No soportaba pasar desapercibido. Sus compañeros lo definían con ésta palabra: orgulloso.  Por eso decidieron ignorarlo totalmente.

Una tarde, todos disfrutaban jugando en el recreo mientras que Manuel se quedaba solo sentado en un rincón del patio del colegio. Un día se levantó e intentó convencer a un compañero para que fuera su amigo:

_ ¡Hola Juan! ¿Puedes venir a jugar conmigo? Mira, yo soy el más inteligente de la clase. Puedo enseñarte otros juegos más divertidos que los que estás acostumbrado a jugar.

Pero Juan  le ignoró de tal manera que ni siquiera le miró y se fue a jugar con los demás.

Más tarde cuando Manuel llegó a casa, su madre lo vio llorando solo en su habitación y se le acercó preguntándole:

_ ¿Qué te pasa hijo? ¿Por qué lloras?

Entre lágrimas Manuel comenzó a contarle todo lo que le estaba sucedido, su madre guardó silencio por unos segundos hasta que le dijo:

_ Pero no llores por eso. Ya verás como todos querrán ser tus amiguitos. Ahora mismo nos vamos de tiendas y te compraré ropa de marca y a la moda para que estés en la onda y ya verás cómo se acercarán todos admirándote.

Manuel al escuchar la solución de su madre lloró aún más.

Su padre, quien con mucho esfuerzo logró ser un alto y respetado ejecutivo, se acercó y le dijo:

_ Hijo, eso te pasa porque eres un niño muy orgulloso y hay que empezar a aprender a ser humilde. Estoy seguro que es por eso que tus compañeros no quieren ser tus amigos.

Entonces Manuel entre lágrimas levantó la cabeza y le preguntó:

_ ¿Y cómo lo hago?

Ser humilde a veces no es fácil; pero como sé que eres un niño listo, me gustaría que comenzaras  ayudando a un compañero a entender los temas, prestar útiles al que no tiene, dejarle las tareas de clases al que haya faltado…_ respondió el padre.

_ Pero yo nunca he hecho eso. Al contrario, siempre se lo he negado_ explicó Manuel.

_ Pues mañana será un buen día para que comiences a hacerlo_ susurró el padre mientras le daba un fuerte abrazo.

Al día siguiente Manuel intentó hacer todo lo que le había dicho su padre. Pero sólo Juan aceptó su ayuda. Los demás niños no creían en su cambio de actitud  porque fueron muchas las veces que se sintieron humillados y menospreciados por él. Así que Manuel seguía sólo y triste en el recreo hasta que Juan muy apenado se le acercó y le aconsejó:

_ Manuel si realmente quieres aprender a ser un niño humilde y dejar el orgullo a un lado, creo que deberías pedir perdón al grupo.

Manuel se lo pensó dos veces porque nunca había pedido perdón a nadie, era muy difícil para él. Pero minutos después se acercó al grupo y les pidió perdón a todos. Entonces sus compañeros lo abrazaron, lo perdonaron y jugaron felices en el recreo.

Minutos después cuando entraron al aula todos sus compañeros le hicieron un gran dibujo con muchos corazoncitos y un mensaje que decía:

La humildad es el primer paso para alcanzar la grandeza. 

A partir de entonces, Manuel escuchaba y valoraba las ideas de sus compañeros ganándose la amistad y el cariño de todos. Y aprendió a trabajar en grupo.

Autora: María Abreu

Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y alcanzarás el favor del señor. (Eclesiastés 3: 18)


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EL SENTIDO DE LA VIDA


En las profundidades de un denso bosque vivía un lémur que se había apartado de los demás porque consideraba que muchos lémures eran falsos, envidiosos y mentirosos. Esta situación le obligó a sentirse muy solo.
Por ese motivo una mañana se despertó y salió de su casita a buscarle un sentido a la vida.

Caminando por el bosque con la cabeza cabizbaja, el lémur escucha el canto de un pájaro y se acerca a preguntar:

_ ¿Cuál es el sentido de la vida? y éste le responde:

_ El sentido de la vida es expresar tus emociones a través del canto.

Más adelante una oveja le dijo:

_El sentido de la vida es ayudar a los demás.

Luego un león continuó diciendo:

_ El sentido de la vida es disfrutar de la comida y la bebida.

........... ..........
Conforme iba avanzando un tigre exclamó:

_ ¡El sentido de la vida es ser feliz y hacer feliz a los demás!

En seguida un burro gritó:

_ El sentido de la vida es disfrutar del trabajo.

Más adelante un camaleón que llevaba varias horas aburrido en la rama de un árbol concluyó:

_ ¡La vida no tiene sentido!

Desconsolado, el lémur se arrimó al tronco de un árbol y en ese momento una mariposa que estaba bebiendo néctar sentada sobre los pétalos de una rosa se apresuró a decirle:

_ ¡El sentido de la vida es el amor; porque el amor da sentido a todas las cosas!

Desde ese momento el lémur decidió amar. Poco a poco comenzó a integrarse de tal manera que en los días de frío se acurrucaba junto a los demás formando una bola de lémures para conservar el calor.

Autora: María Abreu.


Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. ( Lucas 10:27)


jueves, 27 de febrero de 2014

EL POLLITO DESOBEDIENTE


En un bonito gallinero vivía una gallina con sus seis pollitos, pero uno de ellos era muy desobediente. Una tarde la gallina salió de paseo con todos sus pollitos y antes de cruzar la calle dijo:

_ ¡Miren para ambos lados antes de  cruzar!

El pollito Tomasito no hizo caso a su madre y mientras cruzaba vio un coche que se acercaba a gran velocidad así que corrió asustado a la acera para evitar ser atropellado.

Por suerte sólo perdió algunas plumitas por el ímpetu del viento.

Luego llegaron al gallinero y mamá gallina se puso a preparar la cena. Al pollito Tomasito le llamaba mucho la atención el fuego, por lo que la madre le advirtió:

...... ....
_ ¡Tomasito no te acerques mucho al fuego porque te puedes quemar!

Pero el pollito Tomasito como era muy desobediente se acercó demasiado y se le quemó un dedito de la patita. La mamá gallina le escuchó piar de dolor y fue a curarle.

Pasaron unos días y el pollito Tomasito como era un poco inquieto estaba aburrido y se acercó a su mamá  preguntando:

_ ¿Puedo ir a la finca a buscar lombrices?

_  ¡Hijo, está nublado y parece que va a caer una tormenta!  ¡Mejor ve mañana! _ respondió la madre.

_ ¡No lloverá mamá!_ dijo el pollito Tomasito.

 Y desobedeciendo una vez más, agarró una bolsita, se la puso en el cuello y se marchó a la finca.

Allí con su piquito comenzó a atrapar lombrices de diferentes tamaños y las iba guardando en su bolsita.

Pero mientras intentaba atrapar una lombriz que se enterraba en la tierra, escuchó el estallido de un trueno y luego vio un relámpago en el aire. Sus plumitas se le erizaron porque comenzó a caer una gran tormenta.
............ ...........

Como el pollito Tomasito sabía que el agua y los rayos le podían quitar la vida, rápidamente se subió a una roca y encontró refugio en una pequeña cueva. Allí dentro piaba por haber desobedecido a su madre.

La noche avanzaba y el pollito Tomasito comenzó a temblar de frío y a estornudar. En ese momento pensó:

_ ¡Creo que me he resfriado con el frío! 

Las horas seguían pasando y cuando ya había amanecido, el pollito Tomasito se despertó con mucha fiebre, con decaimiento y con sus plumas erizadas.

Se sentía tan mal de salud que en medio de su lamento dijo:

_ ¡Este es el fin de mi vida!


Dicho esto, cayó boca arriba, estiró las patitas, giró su cabecita y sus ojitos se cerraron.

En ese momento llegó mamá gallina y con su pico lo agarró por las patitas y se lo llevó al gallinero. Allí lo abrigó bajos sus alas y lo curó.
...... ´´´´

Pasaron algunas horas hasta que el pollito Tomasito despertó y bajo las alas de mamá gallina sacó la cabecita y pensó:

_ ¡A partir de ahora, obedeceré a mi madre para que todo me vaya  bien en la vida!

Autora: María Abreu


LEER EL CUENTO EN INGLÉSThe Rebellious Chick

Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. ( Efesios 6:1-3)



El esqueleto sediento

Un esqueleto lleno de polvo caminaba en medio del desierto empujado por un alma viviente  en busca de un manantial de vida.
Mientras caminaba lo perseguía un lobo babeando saliva esperando a que desmayara para comérselo. Y cada vez que lo veía cansado le susurraba:
­_ No podrás continuar, estás cansado, échate a dormir.


Más adelante, un cuervo en vuelo dejó caer una piedra, el esqueleto tropezó con ella y cayó al suelo. Entonces miró hacia adelante, se levantó despacio y continuó su camino desafiando la tormenta de arena.
Minutos después, una serpiente con su lengua venenosa le decía:
_ Será mejor que mires hacia atrás y vuelvas al polvo de donde saliste, éste camino es muy largo. ¡No lo lograrás! ¡No…. no lo lograrás!
Pero el esqueleto cansado de escuchar las palabras negativas de las mentes mediocres, los venció con su espíritu luchador.
Y mientras continuaba su camino, un sonido rompió su silencio y al levantar la vista vio los rayos del sol que se multiplicaban y bailaban con el sonido del  agua.
_ ¡Sí, es el manantial de agua viva! _ gritó mientras corría. Y al llegar se agachó y bebió satisfaciendo toda su sed.
Segundos después, el agua limpia y cristalina con sus rayos de luz comenzó a agitarse y al saltar hacia arriba mojó al polvoriento esqueleto y lo convirtió en un hermoso hombre dándole la vida que anhelaba.

Autora: María Abreu
Pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en una fuente de agua que brota para vida eterna. ( Juan 4:14)





Ponle nombre a tu sueño



El día pintaba un paisaje maravilloso donde se podían observar pequeñas montañas verdes con diferentes árboles y plantas. Más abajo se veía un caballo marrón tumbado en la hierba cerca de una pequeña casa de madera. Ahí vivía el niño Miguelito con su padre, el cual se ganaba la vida trabajando la tierra. Una tarde llegó cansado, y entrando en la casa llamó a su hijo preguntándole:

_ Hijo mío, la vida es muy dura, por eso me gustaría saber qué quieres ser de mayor.

_ Dame unos minutos_ respondió Miguelito.


Se marchó a su habitación, sacó lápices de su humilde estuche y en una hoja de cuaderno hizo un dibujo, luego volvió al salón y se lo entregó al padre. 

_ ¡Muy bonito! ¡Sólo espero que sea un simple dibujo!

_ ¿Por qué dices eso padre? ¡Es lo que sueño ser cuando sea mayor!

_ Pero hijo, siempre hay que soñar con cosas que se puedan alcanzar. Vuelve a tu habitación y dibuja algo que esté dentro de nuestras posibilidades.

Miguelito tristemente volvió a su habitación e intentó hacer otros dibujos. Pero como tenía muy claro cuál era su sueño, agarró nuevamente su primer dibujo lo coloreó y le puso nombre: dentista.

 Minutos después regresó al salón  y se la entregó al padre. Éste muy molesto le dijo:

_Le has puesto un nombre y lo has coloreado, pero es el mismo dibujo. Sabes muy bien que vivimos de la agricultura y  con el dinerito que ganamos no nos alcanza para pagarte esa carrera.

Miguelito le miró tristemente y le respondió:

_ Todo lo que observas a tu alrededor es el fruto del sueño de alguien! No robes mi sueño por  miedo a no poder ayudarme.

Entonces el padre se levantó del asiento, tiró el dibujo al suelo y se marchó. Pero Miguelito nunca renunció a su sueño, ni se olvidó del ratoncito Pérez ya que le premiaba si se le caía un diente.

Pasaron los años y Miguelito por su esfuerzo obtuvo muy buenas notas y consiguió una beca para estudiar en la universidad. Por tal motivo se trasladó del pueblo a la ciudad. Después de un tiempo al terminar la carrera universitaria construyó su anhelada clínica dental logrando ser un reconocido y respetado dentista.

Se sentía un hombre feliz por haber alcanzado su sueño. Además disfrutaba cuando recibía la visita del ratoncito Pérez que traía pequeños cofres de colores para guardar en ellos los dientes de leche de los niños que iban a la clínica.

Pero como siempre, echaba de menos a su padre y una tarde le llamó para que fuera a la ciudad a visitarle, éste felizmente llegó, le abrazó y le dijo:

_ ¡Hijo, perdóname! Me has demostrado que con valor y esfuerzo se puede lograr cualquier sueño.

Autora: María Abreu

Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma (Santiago 2:17)


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