Dentro de su habitación,
mamá coneja lee un cuento al conejito Fito antes de dormir. Al terminar de escuchar
el cuento éste le dice que no quiere dormir solo, porque la habitación está muy
oscura.
En ese momento mamá
coneja busca una luciérnaga y la pone al lado de la cama para que alumbre la
habitación; pero el conejito Fito sigue insistiendo en que la habitación está
muy oscura.
Entonces, mamá coneja lo
acerca a la ventana, y comienza a mostrarle el cielo.
Le explica, que las estrellas parpadean, porque tienen sueño. Y que
la luna siempre deja su luz encendida para que nadie tenga miedo a la
oscuridad.
.......
......
Aprendiendo acerca de la
belleza de la oscuridad, el conejito Fito se queda dormido
muy a gustito y mamá coneja lo lleva a su cama.
Autora: María
Abreu
En paz me acostaré, y
asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. (Salmos 4:
8)
Mamá coneja y papá conejo, abren la maleta del
conejito Fito en su cama y le van nombrando todo lo que necesita para ir a la
playa.
Cada vez que ellos nombran algo, el conejito Fito lo
busca corriendo y lo lleva a su maleta: traje de baño, toalla, protector solar…
Una vez terminado de arreglar la maleta se van a la playa.
De camino, el pequeño conejito va mirando por la
ventana del coche, y se queda con la boca abierta de todo lo que ve, ya que es
la primera vez que sale fuera del bosque.
Cuando llegan a la playa, al conejito Fito le da mucha
risa sentir la arena en sus pies, a veces húmeda y a veces seca.
Mamá y papá conejo se sientan con él en la arena y le enseñan
a hacer un castillo.
.....
...
Cuando tienen el castillo de arena casi terminado llega
una ola y lo derrumba, esto hace que el conejito Fito se ponga a llorar
desconsoladamente.
Mamá coneja le limpia las lagrimitas y le explica:
_ No llores pequeñín. Porque esta es la manera que
tiene el mar de jugar con los niños.
Esta
explicación, no convence para nada al conejito Fito, que no para de llorar.
Entonces, papá conejo lo toma de la mano y decide
llevarlo a un charquito entre unas rocas.
Allí le enseña muchos pececitos de diferentes colores,
juegan a atraparlos y a tirarlos nuevamente al charquito de aguas. Entre risas
se dirigen al mar y el conejito Fito aprende a nadar.
De esta manera el pequeño conejito se olvidó de lo que,
la ola del mar, le había hecho a su castillo de arena.
Autora: María
Abreu
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay
plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. (Salmos 16: 11
Mamá coneja está sentada
en el sofá del salón viendo la tele cuando de repente oye al conejito Fito
llorando en su habitación.
Rápidamente se levanta
del sofá y va a investigar por qué está llorando.
Cuando abre la puerta
observa al pequeño conejito buscando algo por todos los lados sin dejar de
llorar. Y se da cuenta que está buscando su carrito de juguetes preferido y que
no lo encuentra.
En ese momento mamá
coneja se le acerca, le toma de la mano y le explica:
_ Es
normal que no encuentres su carrito de juguetes por todo el desorden que tienes
en su habitación. Si quieres encontrarlo primero piensa en el orden.
.....
.....
_ ¿Por qué mamá? _ preguntó
el conejito Fito
Observa tu cuerpo, todo
está en su lugar. Imagina que tus ojos un día estuvieran en las manos, otro día
en los pies o en las rodillas _ expuso su madre.
_ ¡Eso sería un desastre!
_ exclamó el pequeño conejito.
_ Pues debes aprender que
el orden es importante para saber dónde está cada cosa _ reveló su madre.
_ ¡Yupi! Pues voy a
ordenar mi habitación para encontrar mi carrito preferido.
Dicho esto, el conejito
Fito comenzó a ordenar su habitación:
Recogió la ropa limpia y
la guardó en el armario. La sucia la llevó a una cesta. Los zapatos los colocó
en el zapatero.
_ ¡Lo estás haciendo muy bien!
_ susurró mamá coneja.
Y finalmente le dijo que
recogiera la sábana del suelo. Cuando el conejito Fito levantó la sábana
encontró ahí oculto el carrito de juguetes y se puso muy feliz.
En ese instante mamá
coneja volvió a explicarle que el orden es importante para saber dónde está
cada cosa.
Autora: María
Abreu
Crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. (Salmos 51:10)
Dentro de su habitación,
mamá coneja lee un cuento al conejito Fito antes de dormir. Al terminar de escucharlo,
éste le dice:
_ No quiero dormir solo, la
habitación está muy oscura.
En ese momento mamá
coneja busca una luciérnaga y la pone al lado de la cama para que alumbre la
habitación; pero el conejito Fito sigue insistiendo en que la habitación está
muy oscura y que no quiere dormir solo.
......
......
Entonces, mamá coneja lo
acerca a la ventana de la habitación y comienza a mostrarle el cielo. Ella le
explica:
_ Las estrellas parpadean
porque tienen sueño. Y la luna deja su luz encendida para que nadie tenga miedo
a la oscuridad.
Aprendiendo acerca de la
belleza de la oscuridad, el conejito Fito se queda dormido muy a gustito y mamá
coneja lo lleva a su cama.
Autora: María
Abreu
En paz me acostaré, y asimismo
dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. (Salmos 4: 8)
Unatarde de
verano, mamá y papá conejo le dan permiso al conejito Fito, para que vaya a
jugar al bosque, cerca de casa.
El conejito Fito, con su
carita sonrojada le da las gracias antes de marcharse.
Al llegar al bosque, lo esperaban
sus amigos el zorro y la liebre, bajo las sombras de unos pequeños arbustos.
Éstos desde que vieron
llegar al conejito Fito se levantaron del suelo y empezaron a jugar al “pilla-pilla”.
Entre risas y saltos, uno
intentaba pillar al otro. Sim embargo, las risas se le apagaron cuando el zorro
y el conejito Fito de dieron cuenta de que la liebre corría mucho más rápido
que ellos y no podían pillarla.
......
......
Por ese motivo, cambiaron
de juego y decidieron jugar a las escondidas.
Mientras la liebre
contaba hasta diez con los ojos cerrados, el zorro y el conejito Fito corrían a
toda prisa buscando un lugar donde ocultarse.
Escondido, dentro de una
madriguera, al lado del tronco de un viejo árbol, el conejito Fito notó que el
tiempo pasaba y nadie lo encontraba.
Empezó a asomar el
morrito por el agujero de la madriguera, para ver si sus amigos estaban por ahí
cerca y luego
volvía y se escondía.
De esa manera, pasaban
las horas, con el conejito Fito asomando el morrito por el agujero de la
madriguera hasta que finalmente decidió salir de allí.
.......
.....
Caminando paso a paso, miraba
para todos los lados, y se dio cuenta de que estaba perdido. Quizás porque
corrió a esconderse tan rápido que no se dio cuenta por dónde se había metido, ni
cuán lejos estaba del lugar del juego.
Perdido y asustado,
empezó a llorar llamando a su mamá, e intentaba buscar un camino que le
condujera a casa.
De repente, a lo lejos, vio
a un perro policía, que se acercaba preguntándole su nombre y la dirección de
su casa.
Al conejito Fito le
brillaron los ojos de alegría y sus mejillas se sonrojaron, porque se sabía muy
bien la dirección de su casa. Recordó que su madre siempre le decía que debía
aprendérsela por su un día se perdía.
Después de darle la
dirección al perro policía éste lo llevó de regreso a casa.
Mamá y papá conejo lo
recibieron con los brazos abiertos muy contentos y lo felicitaron por haber
dado correctamente la dirección de su casa.
También le aconsejaron, que debe mirar bien
por donde anda, porque eso le ayudará a no volver a perderse.
Autora: María
Abreu
Porque el Hijo del Hombre
vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19: 10)
Elconejito Fito,
está jugando en el bosque corriendo detrás de las libélulas y de las mariposas.
Entre saltos y saltos
intenta atraparlas. De pronto le suenan unos gases y se toca la barriguita con
las dos manos porque siente hambre.
En ese momento deja de
perseguir a las libélulas y a las mariposas para acercarse a un manzano.
Con un par de saltos
intenta agarrar una manzana, pero se da cuenta de que no puede ni siquiera
tocarla.
Por ello, decide
agarrarse del tronco del manzano para trepar el árbol. Subido en el manzano el
conejito Fito logra agarrar una manzana y le da un mordisquito.
Comiendo la manzana, el conejito
Fito se da cuenta de que tiene un diente flojo y, siente que el diente baila
cuando lo toca con un dedo.
....
...
Baja del árbol de prisa, y
cuando entra en su casita le explica a mamá coneja que tiene un diente flojo.
Mamá coneja, que estaba
sentada en el sofá del salón viendo la tele, se levanta y se acerca a tocarle
el diente al conejito Fito, y le explica que no tiene que tener miedo, porque
es un diente de leche que tiene que caer, para que salga uno más fuerte.
El conejito Fito pone
carita triste porque no quiere perder su diente.
Entonces mamá coneja le
anima diciéndole que no debe ponerse triste, porque en el momento que su diente
de leche se caiga debe colocarlo debajo de la almohada, para que en la noche el
ratoncito Pérez se lleve el diente y a cambio de éste, le dejará un bonito
regalo debajo de la almohada.
....
...
Al escuchar lo del regalo,
al conejito Fito se lo sonrojó la carita de felicidad y anhelaba con mucho
entusiasmo que su diente de leche se le cayera.
Al poco rato, el conejito
Fito se fue a jugar a su habitación y volvió corriendo donde mamá coneja con el
diente de leche en la mano, porque se le había caído.
Mamá coneja con una dulce
sonrisa le entregó un pequeño cofre, para que metiera el diente de leche y lo
pusiera debajo de la almohada.
El conejito Fito, con
ojitos brillosos, y carita sonrojada de felicidad, metió el diente de leche en
el pequeño cofre y se fue saltado a guardarlo debajo de su almohada.
Al llegar la noche, el
conejito Fito cenó puré de verduras y un, yogur natural de postre y luego se
fue a dormir con su pijamita de rayas.
Acostado en su cama, con
el diente debajo de la almohada, esperaba despierto hasta altas horas de la
noche, que llegara el ratoncito Pérez. Pero las horas seguían pasando y el
conejito Fito finalmente se quedó profundamente dormido.
A la mañana siguiente,
unos rayitos de sol que entraron por la ventana de su habitación lo
despertaron. El conejito Fito dio un salto, y con mucho entusiasmo buscó debajo
de la almohada y encontró un bonito regalo que le había dejado el ratoncito
Pérez a cambio de su diente de leche.
El conejito Fito estaba
tan contento que se pasó todo el día jugando con su bonito regalo.
Autora: María
Abreu
Y dijo: De cierto os digo, que, si no os volvéis y os
hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. (Mateo 18: 3)
Mamá coneja está dando de
comer puré de zanahorias al conejito Fito. De pronto se da cuenta de que éste
empieza a empujar con la carita rojita de hacer tanta fuerza.
Mamá coneja lo lleva al
inodoro, le quita el pañal y lo sienta para que haga caquita. Pero el conejito
Fito se siente asustado y se pone a llorar pensando que el inodoro se lo va a
tragar.
.....
....
Viendo los llantos del
cojito Fito y la resistencia de no querer estar sentado en el inodoro mamá
coneja no haya qué hacer para enseñar al conejito Fito a controlar sus esfínteres.
Hasta que se le ocurrió
la idea de quitarlo del inodoro y sentarlo en un orinal. Ahí sentado, agarrado
por su madre el conejito Fito no para de llorar porque aún está asustado.
En ese momento, mamá
coneja lo levanta, le pone el pañal y le calma el llanto con mucho cariño. El
conejito Fito hace caquita en el pañal y mamá coneja lo limpia con toallitas
húmedas.
Al día siguiente mamá
coneja le está danto yogur natural al conejito Fito. En ese momento se da
cuenta de que el conejito Fito está haciendo fuerza con la carita roja de tanto
empujar.
.....
....
Entonces mamá coneja lo lleva al baño y lo pone de pie frente al orinal y le explica que le quitará
el pañal para que haga caquita, pero el conejito Fito se niega
diciendo a todo que no.
Mamá coneja agarra a un
oso de peluche y lo sienta en el orinal explicándole al conejito Fito que no
debe tener miedo que, ahí estará cómodo como su oso de peluche.
Finalmente,
el conejito Fito se sienta en el orinal y desde ese día dejó de hacer caquita
en el pañal.
Autora: María
Abreu
Porque yo Jehová soy tu
Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. (Isaías 41: 13)
En la habitación de una
acogedora casita ubicada en las llanuras de un verde bosque nace el conejito
Fito.
Mamá coneja lo envuelve
en una mantita de algodón y empieza a darle leche de su pecho.
El conejito Fito,
pequeñito y delicado se queda dormidito en brazos de mamá mientras es
amamantado.
Luego se despierta y mamá
coneja le pone un pañal de recién nacido y un pijamita de rayas.
Papá conejo se acerca y
le da un beso a su pequeño conejito. A éste se le ruboriza la carita y abre sus
ojitos marrones moviendo las patitas y las manitas.
De esta manera nace el
conejito Fito de ojitos marrones y blanquito como un copito de nieve.
Autora: María Abreu
......
.....
Mi embrión vieron tus
ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego
formadas, Sin faltar una de ellas. (Salmos 139:16)
En una casita, construida
en lo alto de un gran árbol, vive una pequeña ardillita con su mamá.
Mamá ardilla le dice a su
ardillita, que es hora de dormir, y la acompaña a su habitación.
La pequeña ardilla le
dice, que no quiere dormir sola, porque la habitación está muy oscura. Mamá
ardilla le dice, que no debe tener miedo a la oscuridad y empieza a leerle un
cuento, para que se duerma.
Pero la ardillita sigue
insistiendo, que no quiere dormir sola, porque la habitación está muy oscura.
Entonces mamá ardilla,
agarra a su pequeña ardilla, y la acerca a la ventana de la habitación. Desde
ahí empieza a mostrarle el cielo.
Le explica, que las
estrellas parpadean, porque tienen mucho sueño. Luego le dice que observe la
luz de la luna por un momento…
......
......
Segundos después mamá
ardilla le explica, que la luna brilla en la noche para alumbrar a los niños, para
que no tengan miedo a la oscuridad y puedan dormir tranquilos.
Finalmente, aprendiendo
acerca de las luces de la noche, la pequeña ardilla se queda dormida en brazos
de mamá.
Mamá ardilla la lleva a
su cama y le deja una libélula encendida para que alumbre su habitación.
Autora María Abreu
“Cuando te
acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato.” (Proverbios
3:24)
El niño Iván está sentado
a la mesa cenando con sus padres. En el momento del postre Iván elige una
manzana y al morderla se le cae un diente de leche.
_ Mira papá se me ha caído
este diente de leche _ dice Iván con el diente en la mano.
El padre de Iván le mira
y le felicita comentando:
_ Muy bien hijo, vamos a
meter el diente en una pequeña cajita para que el ratoncito Pérez se lo lleve y
te traiga un regalo.
A Iván le brillan los
ojos de felicidad sólo de pensar que el ratoncito Pérez le traerá un regalo a
cambio de su diente de leche, pero de pronto se siente preocupado y pregunta a
su padre:
_ Quizás el ratoncito Pérez
no me podrá traer el regalo esta noche.
_ ¿Por qué piensas eso
hijo? _ preguntó el padre.
_ Por el coronavirus.
Quizás le impedirán viajar por los contagios del coronavirus.
.......
.....
_ Hijo, yo creo que el
ratoncito Pérez vendrá. Ven, vamos a guardar tu diente en esta cajita y
pongámoslo debajo de la almohada.
Iván guardó el diente de
leche en la cajita que le había dado su padre, pero seguía muy preocupado.
De esa manera se fue a
dormir y puso su cajita con el diente de leche debajo de la almohada.
Pasaban las horas e Iván
ahí acostado no podía dormir pensando que el ratoncito Pérez no vendría a
llevarse su diente por lo del coronavirus.
Daba vueltas y vueltas en
su cama sin dejar de pensar hasta que finalmente se quedó profundamente dormido.
A la mañana siguiente los
rayos del sol, que asomaban por la ventana de su habitación lo despertaron.
Entonces Iván se levantó
de la cama y rápidamente levantó la almohada llevándose una grata sorpresa.
El ratoncito Pérez se
había llevado el diente de leche y le había dejado un bonito regalo.
Iván se sintió tan feliz,
que no paraba de dar saltos y pasó todo el día jugando con su bonito regalo.
Autora María Abreu
Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada
podremos sacar.
Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos
con esto. ( 1 Timoteo 6: 7-8)
En un una acogedora
casita ubicada en las llanuras de un pequeño bosque vive el gatito Nino.
Una tarde después de
haber jugado en la patio de la casa, mamá gata llama al gatito Nino para comer
y le dice que debe lavarse las manos para que no se contamine del coronavirus.
El gatito Nino tenía
tanta hambre que no obedece a mamá gata y rápidamente se sienta a la mesa y
empieza a comer un rico pescado al horno
.
......
.....
El pescado esta tan rico
que el gatito Nino no para de lamerse los dedos sin haberse lavado las manos.
Después de haber
terminado de comer al gatito Nino empieza a entrarle el sueño de la siesta.
Con tanto sueño empieza a
tocarse los ojos, la nariz y la boca entre bostezos. Así que se levanta de la
mesa y se va a dormir.
Horas después se levanta
de la cama y va dónde mamá gata que estaba sentada en el salón viendo la tele y
le dice que se siente mal.
Mamá gata nota que el
gatito Nino tiene fiebre, tos seca y cansancio. Y por ello sospecha que el
gatito Nino se ha contagiado del coronavirus.
Mamá gata llama al
hospital y se llevan al gatito Nino para ponerle un tratamiento.
Pasados unos días el
gatito Nino se curó del coronavirus y le dieron el alta médica.
Cuando el gatito Niño llegó a casa miró a mamá
gata a los ojos y le dijo:
_ Mamá, a partir de hoy
te obedeceré siempre y me lavaré las manos todas las veces que sea necesario.
Mamá gata con mucha
ternura abrazó a su pequeño gatito y le dio un beso.
Desde ese día el gatito
Nino aprendió a lavarse las manos y a ser más higiénico.
Autora: María
Abreu
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no
dejes la enseñanza de tu madre.