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lunes, 12 de mayo de 2014

LA REBELDÍA DE UN ADOLESCENTE


En una gran ciudad vivía una familia la cual estaba triste porque su hijo Fernando no les obedecía. Este adolescente nunca cooperaba en la casa y siempre gritaba a sus padres.

Sus amigos le tenían mucho miedo porque Fernando mostraba una actitud muy violenta tanto verbal como física, pero esto a él no le importaba, al contrario, le gustaba esta situación porque sentía que  tenía  todo bajo control.

Sus padres estaban muy preocupados y lloraban mucho porque no encontraban la manera de inculcarle la educación y los valores necesarios para que su hijo llegara a ser un hombre de bien en la sociedad. 

 Así que una mañana planearon una salida a las montañas y se lo comunicaron a Fernando el cual les dijo que si le preparaban la mochila con todo lo necesario iría con ellos. Y así lo hicieron sus padres.

Sin embargo, cuando iban de camino Fernando muy enojado daba patadas y puñetazos a los asientos delanteros del coche porque el viaje le estaba pareciendo muy largo y le gritaba al padre para que condujera más rápido.

......
......
La madre muy nerviosa le propuso que cuando llegaran a la montaña jugarían al escondite con la condición de que allí no se podía gritar. A Fernando le pareció algo absurdo e infantil, pero al final aceptó.

Pasaron las horas y cuando llegaron a las montañas Fernando comenzó a contar hasta diez y sus padres se escondieron rápidamente. Luego Fernando comenzó a buscarlos pero al ver que pasaban los minutos e incluso las horas y no podía encontrarlos se desesperó y comenzó a gritar todas las palabras mal sonantes que estaba acostumbrado a decir a sus padres, a los amigos, a los  profesores y a todo el mundo. Pero para su sorpresa, comenzó a notar que sus feas palabras rebotaban y llegaban a sus oídos repetidas veces.

_ ¡Qué horror!_ vociferó asustado al notar que sus palabras chocaban con las paredes de la montaña y regresaban a sus oídos con diferente intensidad.

_ ¡Aquí hay un eco!_ indicó, mientras que el eco nuevamente le devolvió en duplicado el sonido de su voz.
....... ......

Seguían pasando las horas y Fernando continuaba solo sin encontrar a sus padres y, en su caminar un mosquito le picó en una pierna y otra vez comenzó a decir palabras mal sonantes dando patadas y puñetazos al aire. Pero al escuchar que el eco con una gran violencia le devolvía el sonido de aquellas grotescas palabras se puso muy nervioso y se asustó mucho. Entonces en silencio comenzó a pensar que era la hora de intentar cambiar su manera de hablar y actuar porque hasta a él le estaba dando miedo su mala conducta.

Y como ya había llegado la noche regresó al lugar donde había dejado tirada su mochila para ver si encontraba algunas mantas para echarse a dormir. Cuando abrió su mochila se sorprendió al ver que sus padres no sólo le habían dejado mantas, sino también un bocadillo para que cenara.

Con el pan en sus manos comenzó a llorar desconsoladamente y, ahí estaba el eco haciéndole escuchar el dolor de su sufrimiento. Al día siguiente cuando se despertó la primera palabra que dijo con mucha tristeza  fue:

_ ¡Mamá te quiero! ¡Papá te quiero!  ¡Los echo mucho de menos!

El eco le devolvió las últimas sílabas con un sonido suave y agradable al oído.

La madre, que estaba escondida observándolo desde muy lejos con unos prismáticos detrás de una gran roca, al escuchar esas palabras se estremeció su corazón de tal manera que quiso salir corriendo con los brazos abiertos en busca de su hijo. Pero el padre que estaba a su lado le escribió en un papel:

_ ¡Espera, aún no es el tiempo!

Entonces Fernando por primera vez recogió su manta, la dobló muy bien y la guardó en su mochila. Y como no tenía a nadie con quien hablar le dio los buenos días al eco y sonrió al escuchar el sonido duplicado ya que nunca le había dado los buenos días a nadie. Luego comenzó a recoger frutas y desconsolado decía:

_  ¡Cuánto me gustaría compartir estas frutas con mis padres! ¡Los quiero, perdónenme!
Una vez más el eco duplicó estas palabras con sus más bellos sonidos.

Los padres al escuchar tan lindas palabras de arrepentimiento bajaron corriendo de las montañas con los brazos abiertos llamándole y éste al verlos corrió a su encuentro y los abrazó pidiéndoles perdón.

Los padres muy felices jugaron con los sonidos del eco enseñando a Fernando a nombrar las  más bellas palabras…

Autora: María Abreu

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará (Gálatas 6:7)



jueves, 27 de febrero de 2014

EL POLLITO DESOBEDIENTE


En un bonito gallinero vivía una gallina con sus seis pollitos, pero uno de ellos era muy desobediente. Una tarde la gallina salió de paseo con todos sus pollitos y antes de cruzar la calle dijo:

_ ¡Miren para ambos lados antes de  cruzar!

El pollito Tomasito no hizo caso a su madre y mientras cruzaba vio un coche que se acercaba a gran velocidad así que corrió asustado a la acera para evitar ser atropellado.

Por suerte sólo perdió algunas plumitas por el ímpetu del viento.

Luego llegaron al gallinero y mamá gallina se puso a preparar la cena. Al pollito Tomasito le llamaba mucho la atención el fuego, por lo que la madre le advirtió:

...... ....
_ ¡Tomasito no te acerques mucho al fuego porque te puedes quemar!

Pero el pollito Tomasito como era muy desobediente se acercó demasiado y se le quemó un dedito de la patita. La mamá gallina le escuchó piar de dolor y fue a curarle.

Pasaron unos días y el pollito Tomasito como era un poco inquieto estaba aburrido y se acercó a su mamá  preguntando:

_ ¿Puedo ir a la finca a buscar lombrices?

_  ¡Hijo, está nublado y parece que va a caer una tormenta!  ¡Mejor ve mañana! _ respondió la madre.

_ ¡No lloverá mamá!_ dijo el pollito Tomasito.

 Y desobedeciendo una vez más, agarró una bolsita, se la puso en el cuello y se marchó a la finca.

Allí con su piquito comenzó a atrapar lombrices de diferentes tamaños y las iba guardando en su bolsita.

Pero mientras intentaba atrapar una lombriz que se enterraba en la tierra, escuchó el estallido de un trueno y luego vio un relámpago en el aire. Sus plumitas se le erizaron porque comenzó a caer una gran tormenta.
............ ...........

Como el pollito Tomasito sabía que el agua y los rayos le podían quitar la vida, rápidamente se subió a una roca y encontró refugio en una pequeña cueva. Allí dentro piaba por haber desobedecido a su madre.

La noche avanzaba y el pollito Tomasito comenzó a temblar de frío y a estornudar. En ese momento pensó:

_ ¡Creo que me he resfriado con el frío! 

Las horas seguían pasando y cuando ya había amanecido, el pollito Tomasito se despertó con mucha fiebre, con decaimiento y con sus plumas erizadas.

Se sentía tan mal de salud que en medio de su lamento dijo:

_ ¡Este es el fin de mi vida!


Dicho esto, cayó boca arriba, estiró las patitas, giró su cabecita y sus ojitos se cerraron.

En ese momento llegó mamá gallina y con su pico lo agarró por las patitas y se lo llevó al gallinero. Allí lo abrigó bajos sus alas y lo curó.
...... ´´´´

Pasaron algunas horas hasta que el pollito Tomasito despertó y bajo las alas de mamá gallina sacó la cabecita y pensó:

_ ¡A partir de ahora, obedeceré a mi madre para que todo me vaya  bien en la vida!

Autora: María Abreu


LEER EL CUENTO EN INGLÉSThe Rebellious Chick

Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. ( Efesios 6:1-3)



miércoles, 26 de febrero de 2014

EL NIÑO Y SU CONCIENCIA


En una cercana ciudad vivía el niño Roberto con sus padres y su hermano pequeño. Roberto  muchas veces  no se portaba bien porque mentía mucho y se peleaba con su hermano y amigos.

Una noche mientras dormía se le apareció una linda figurita transparente la cual no dejaba de moverle la almohada.

_ ¿Quién eres y por qué no me dejas dormir?_ preguntó el niño Roberto.
..... ..... _ ¡Soy tu conciencia, la que hace que sientas una sensación incómoda dentro de ti cuando te portas mal!

_ ¡Déjame tranquilo, quiero dormir!_ ordenó  Roberto.

En ese momento la conciencia se sentó a su lado y comenzó a recordarle todas las cosas que había hecho mal. Pero Roberto comenzó a luchar con su conciencia hasta que al final se cansó y la acalló ignorándola totalmente.

Al día siguiente Roberto se fue al colegio y allí también tuvo una conducta incorrecta con sus compañeros de clase y con su profesora. 

Al llegar la noche sentía un gran peso dentro de él y no hallaba qué hacer. Era como si llevara una carga muy pesada. Entonces se le apareció nuevamente la linda figurita transparente moviéndole la almohada. Y esta vez decidió escuchar lo que la conciencia le decía:

_ Si quieres mantener el respeto y la amistad con los demás, debes reconocer tus errores y pedir perdón con humildad. Es importante tener una conciencia limpia para vivir en paz.

_ ¡No sé si debo escucharte! _ expresó  Roberto.

_ Es bueno escuchar tu conciencia, porque si no lo haces tu corazón se pondrá duro y llegará un día en que harás cosas malas sin sentir remordimient_  le susurró su conciencia.

_ ¡Desde hoy te escucharé siempre!_  dijo Roberto.

Al día siguiente cambió totalmente su conducta y empezó a orar a Dios cada noche para que le ayudara. Desde entonces dormía con su conciencia tranquila.

Autora: María Abreu


(Juan 8:9) Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde  los más viejos hasta los postreros; y quedó sólo Jesús y la mujer que estaba en medio.





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