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lunes, 3 de noviembre de 2014

El elfo cara de limón

En el bosque de los elfos vivía un elfo muy enojado que, un buen día, decidió marcharse al bosque contiguo de las hadas porque estaba cansando de que los demás le llamaran “cara de limón”.



Al llegar al bosque de las hadas las encontró volando alrededor de los árboles dejando una brillante aureola tras su vuelo.

El elfo después de observarlas por un momento se acercó  y les comentó la incómoda situación que estaba viviendo en el bosque de los elfos y les pidió ayuda. 

Las hadas notaron que el elfo tenía el rostro enojado y arrugado. Esto les hizo entender que quizás por eso le apodaban “cara de limón”.

Inmediatamente decidieron mejorar la apariencia del rostro del elfo con una mascarilla. Para ello, llamaron a dos abejas para que les trajeran un poco de miel mezclada con polen de rosas rojas en un cucurucho de hojas verdes.

Después de haberle puesto la mascarilla y ver que el rostro del elfo no mejoraba, decidieron preparar una pócima mágica en una jícara de coco.

Llamaron a un caracol que llegó y les regaló un poco de su baba y la mezclaron con polvos mágicos de hadas, pero al ver que el rostro del elfo no se renovaba, le comentaron muy angustiadas:

_ Será mejor que vayamos a visitar al hombre sabio para que nos ayude a buscarle una mejor solución a tu problema.

El elfo con su cara enojada, aburrida y desesperada les dijo:

_ ¡Pues a ver si este sabio puede hacer algo por mí!

El elfo y las hadas se montaron a lomos de dos unicornios y volaron hacia lo más alto de la montaña del bosque. Una vez allí, encontraron al hombre sabio lanzando semillas para que nacieran nuevas plantas.

Al llegar las hadas el hombre sabio dejó lo que estaba haciendo y al escuchar el problema del elfo, se quedó mirándole por unos instantes y le recomendó:

_ ¡Pégate una carcajada que te hará bien!  ¡Esa es la única solución a tu problema!

El elfo con mirada seria y arrugando el rostro preguntó con incredulidad:

­ _ ¿Por qué?

_  ¡Porque la risa es muy importante para la convivencia y para relacionarse con los demás!

En ese instante el elfo comprendió el por qué le decían “cara de limón” y se echó una buena carcajada. Dando las gracias bajó de la montaña y se marchó al bosque de los elfos.

Los demás al verle llegar, intentaron ignorarlo pero al escucharlo reír se acercaron y rieron con él amigablemente. De esta manera dejaron de llamarle “cara de limón” porque el elfo aprendió a ser amable con todos.
Autora: María Abreu

El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate. (Proverbios 15:13)


lunes, 4 de agosto de 2014

El príncipe y el sufrimiento


El destino se empeña en hacerme sufrir, es cruel, fortuito y reincidente. Pensaba tristemente el príncipe Carlos porque estaba pasando por situaciones muy difíciles.

En busca de una solución decidió caminar por el bosque acompañado de su perro con la intención de pedirle al hombre sabio una pócima mágica para evitar el sufrimiento.

Pero en la oscuridad del bosque, un lobo los atacó y mordió a su perro dejándolo muy mal herido. El príncipe lloró una y otra vez viendo como éste moría en sus brazos sin poder hacer nada para evitarlo.

Pasadas unas horas decidió enterrarlo allí mismo y entre lágrimas siguió su camino guiado por unas luciérnagas que le alumbraban el paso con sus destellos de luz.

Muy de mañana logró subir a la montaña y al encontrar al hombre sabio meditando sentado sobre una roca le suplicó que le diera alguna pócima mágica para evitar el sufrimiento.

Ante tan complicada petición el hombre sabio le miró atentamente a los ojos y le dijo:

_ No existe ninguna pócima mágica para evitar el sufrimiento.

_ ¡Ayúdeme por favor, debe haber alguna forma!  _ imploró el príncipe.

_ ¡El tiempo es la única forma!_ declaró el hombre sabio.

_ ¿Por qué?_ preguntó angustiado el príncipe.

_ El tiempo se encarga de poner cada cosa en su lugar y da al sufrimiento su verdadero sentido_ explicó el hombre sabio.

_ ¿Por qué debo saber el sentido de mi sufrimiento?_ preguntó nuevamente el príncipe.

_ Porque si sabes el por qué de tu sufrimiento descubrirás la clave para superarlo_ expuso el hombre sabio.

El príncipe descendió de la montaña muy agradecido y caminó por el bosque todo el día. Al llegar la noche se acostó cerca del tronco de un árbol y durmió tranquilo.

Al día siguiente cuando despertó se maravilló al ver el comienzo de la primavera y muchos árboles que habían florecido; pero su felicidad fue mayor cuando vio a un hada recogiendo flores acompañada de un perro el cual no paraba de jugar corriendo detrás de algunos insectos. El príncipe observó el panorama por unos minutos y pensó:

_ La soledad y el rechazo son los motivos de mi sufrimiento. ¡Y estoy viendo la clave para superarlo!

En seguida dio unos pasos hacia adelante y se acercó al hada para conocerla. El hada al verlo le brindó una dulce sonrisa y el príncipe le regaló una hermosa flor. De esta manera se enamoraron y fueron muy felices.

El tiempo le demostró que todo tiene solución y que el sufrimiento siempre se supera.

Autora: María Abreu

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación (Mateo 5:4)






miércoles, 26 de febrero de 2014

EL PRÍNCIPE Y LA ROSA ROJA

Había una vez un joven  príncipe que era muy gruñón, gritaba e insultaba a las personas,  por tanto tenía pocos amigos.

Una noche, cuando estaba solo en su habitación, se le apareció un hombre sabio y le entregó unas semillas diciéndole:

_ En tus manos entrego estas semillas, tú eres el responsable de saber qué quieres sembrar en tu vida. 

El príncipe gruñón, muy sorprendido, abrió las manos, empuñó las semillas y minutos después, se quedó dormido.
..... .....

Al día siguiente se le ocurrió la idea de aprovechar el comienzo de la primavera, se fue al jardín del palacio y  sembró las semillas.

Pasaron unos días  y en su jardín  comenzaron a crecer unas rosas feas y sin olor fragante.

El príncipe gruñón vio que las rosas de su jardín eran marchitas y pensó  que la culpa la tenía  el hombre sabio por no haberle entregado las buenas semillas. Así que siguió con su mala conducta y con su egocentrismo. 
..... .....
Una tarde, caminaba por la calle de la ciudad y le llamaba la atención que la mayoría de las rosas que veía eran de lindos colores y de fragantes olores.

Entonces se marchó al castillo y entró en su habitación muy pensativo. Minutos después se le apareció nuevamente el hombre sabio diciéndole:

_ ¡Tu corazón es un jardín y es ahí donde debes decidir cuáles son las cosas que quieres sembrar!

El príncipe gruñón reflexionó toda la noche  con las palabras del hombre sabio. Así que al día siguiente comenzó a ser amable con los demás, a ayudar a las personas y a tratarlas con amor.

Una mañana  entró a su jardín y sorpresivamente descubrió  que todas las rosas estaban muy coloridas y destilaban un olor muy agradable.

Sonriendo de felicidad comenzó a caminar hacia ellas; pero vio algo extraño, una hermosa rosa roja temblaba de frío por las gotitas de aguas del rocío de la mañana, entones se acercó y la abrigó con sus manos.

En ese instante la rosa roja se convirtió en una hermosa mujer. El príncipe muy feliz  la abrazó, se enamoraron y después de un tiempo se casaron y fueron muy felices.
 
Al final el príncipe comprendió que es mejor sembrar cosas bonitas en el jardín del corazón.

Autora: María Abreu

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. (Proverbios 4:23)

Leer el cuento: La mariposa que besaba las rosas



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