En una casita, construida
en lo alto de un gran árbol, vive una pequeña ardillita con su mamá.
Mamá ardilla le dice a su
ardillita, que es hora de dormir, y la acompaña a su habitación.
La pequeña ardilla le
dice, que no quiere dormir sola, porque la habitación está muy oscura. Mamá
ardilla le dice, que no debe tener miedo a la oscuridad y empieza a leerle un
cuento, para que se duerma.
Pero la ardillita sigue
insistiendo, que no quiere dormir sola, porque la habitación está muy oscura.
Entonces mamá ardilla,
agarra a su pequeña ardilla, y la acerca a la ventana de la habitación. Desde
ahí empieza a mostrarle el cielo.
Le explica, que las
estrellas parpadean, porque tienen mucho sueño. Luego le dice que observe la
luz de la luna por un momento…
......
......
Segundos después mamá
ardilla le explica, que la luna brilla en la noche para alumbrar a los niños, para
que no tengan miedo a la oscuridad y puedan dormir tranquilos.
Finalmente, aprendiendo
acerca de las luces de la noche, la pequeña ardilla se queda dormida en brazos
de mamá.
Mamá ardilla la lleva a
su cama y le deja una libélula encendida para que alumbre su habitación.
Autora María Abreu
“Cuando te
acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato.” (Proverbios
3:24)
El niño Iván está sentado
a la mesa cenando con sus padres. En el momento del postre Iván elige una
manzana y al morderla se le cae un diente de leche.
_ Mira papá se me ha caído
este diente de leche _ dice Iván con el diente en la mano.
El padre de Iván le mira
y le felicita comentando:
_ Muy bien hijo, vamos a
meter el diente en una pequeña cajita para que el ratoncito Pérez se lo lleve y
te traiga un regalo.
A Iván le brillan los
ojos de felicidad sólo de pensar que el ratoncito Pérez le traerá un regalo a
cambio de su diente de leche, pero de pronto se siente preocupado y pregunta a
su padre:
_ Quizás el ratoncito Pérez
no me podrá traer el regalo esta noche.
_ ¿Por qué piensas eso
hijo? _ preguntó el padre.
_ Por el coronavirus.
Quizás le impedirán viajar por los contagios del coronavirus.
.......
.....
_ Hijo, yo creo que el
ratoncito Pérez vendrá. Ven, vamos a guardar tu diente en esta cajita y
pongámoslo debajo de la almohada.
Iván guardó el diente de
leche en la cajita que le había dado su padre, pero seguía muy preocupado.
De esa manera se fue a
dormir y puso su cajita con el diente de leche debajo de la almohada.
Pasaban las horas e Iván
ahí acostado no podía dormir pensando que el ratoncito Pérez no vendría a
llevarse su diente por lo del coronavirus.
Daba vueltas y vueltas en
su cama sin dejar de pensar hasta que finalmente se quedó profundamente dormido.
A la mañana siguiente los
rayos del sol, que asomaban por la ventana de su habitación lo despertaron.
Entonces Iván se levantó
de la cama y rápidamente levantó la almohada llevándose una grata sorpresa.
El ratoncito Pérez se
había llevado el diente de leche y le había dejado un bonito regalo.
Iván se sintió tan feliz,
que no paraba de dar saltos y pasó todo el día jugando con su bonito regalo.
Autora María Abreu
Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada
podremos sacar.
Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos
con esto. ( 1 Timoteo 6: 7-8)
En un una acogedora
casita ubicada en las llanuras de un pequeño bosque vive el gatito Nino.
Una tarde después de
haber jugado en la patio de la casa, mamá gata llama al gatito Nino para comer
y le dice que debe lavarse las manos para que no se contamine del coronavirus.
El gatito Nino tenía
tanta hambre que no obedece a mamá gata y rápidamente se sienta a la mesa y
empieza a comer un rico pescado al horno
.
......
.....
El pescado esta tan rico
que el gatito Nino no para de lamerse los dedos sin haberse lavado las manos.
Después de haber
terminado de comer al gatito Nino empieza a entrarle el sueño de la siesta.
Con tanto sueño empieza a
tocarse los ojos, la nariz y la boca entre bostezos. Así que se levanta de la
mesa y se va a dormir.
Horas después se levanta
de la cama y va dónde mamá gata que estaba sentada en el salón viendo la tele y
le dice que se siente mal.
Mamá gata nota que el
gatito Nino tiene fiebre, tos seca y cansancio. Y por ello sospecha que el
gatito Nino se ha contagiado del coronavirus.
Mamá gata llama al
hospital y se llevan al gatito Nino para ponerle un tratamiento.
Pasados unos días el
gatito Nino se curó del coronavirus y le dieron el alta médica.
Cuando el gatito Niño llegó a casa miró a mamá
gata a los ojos y le dijo:
_ Mamá, a partir de hoy
te obedeceré siempre y me lavaré las manos todas las veces que sea necesario.
Mamá gata con mucha
ternura abrazó a su pequeño gatito y le dio un beso.
Desde ese día el gatito
Nino aprendió a lavarse las manos y a ser más higiénico.
Autora: María
Abreu
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no
dejes la enseñanza de tu madre.
Con la vista muy atenta Matías miraba
a aquel pintor maestro trazando con precisión su majestuoso dibujo.
_ ¡Estos trazos son una obra maestra!
– decía el maestro dibujando sobre el papel.
El discípulo miraba atentamente sin
mediar palabra porque no salía de su asombro mirando el dibujo del maestro.
Sin apartar la vista del lienzo el
maestro preguntó al discípulo:
_ ¿Qué te parece el dibujo?
_ ¡Impresionante! _ respondió el
discípulo.
_ ¡Mmm! ¿Sabes cuál es el primer principio?_
preguntó el maestro.
El discípulo creyendo que tenía una
vista fina para apreciar un buen principio respondió:
_ ¡Unos trazos firmes, fuera de lo
común!
_ ¿Ese es el primer principio? _
preguntó el maestro con la mente libre de distracciones.
Acto seguido comenzó a escribir con
tinta sobre el papel:
.......
......
_ El primer principio es buscar y
servir a Dios con reverencia. Esa reverencia te hace ser sabio, porque no hay
sabiduría, no hay consejo por encima de Dios.
Autora: María Abreu
El principio de la sabiduría es el
temor de Jehová; Los
insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. (Proverbios 1:7)
Amiguito, amiguita en este versículo
la palabra temor no se refiere a miedo, sino que para ser sabio e
inteligente debes servirle a Dios en obediencia. Porque Dios es quien da la
sabiduría.
En una casita muy bonita vivían Nerea,
Isabela, y Alicia. Sus padres acababan de comprarles muchos juguetes para que
jugaran compartiéndolos entre sí.
Fue tanta la alegría que sintieron
Nerea e Isabela que decidieron ponerse a jugar de inmediato en la habitación.
Entre sus juguetes tenían muñecas,
instrumentos musicales, cochecitos, juego de cocinas, juguetes de enfermera y
diferentes puzles.
.......
.......
Mientras jugaban y se divertían se dieron
cuenta de que Alicia, su hermana menor de cuatro años, le costaba entender
algunos juegos, por eso Nerea e Isabela empezaban a perder la paciencia porque
quería disfrutar de todos los juguetes casi a la vez. Y a Nerea se le ocurrió
una idea para mantener a su hermana pequeña alejada de los juguetes, así que se
le acercó para hacerle la siguiente propuesta:
_ ¿Alicia
qué te parece si jugamos contigo a que estás enferma?
_ ¡Sí, juguemos a eso! _ respondió la
pequeña Alicia sin darse cuenta de que ese
juego era la manera de aislarla de los juguetes.
_ Ven acuéstate en esta cama, te
pondré una mantita y un termómetro en la boca. Recuerda que no te puedes levantar
porque estás enfermita_ agregó Isabela.
......
......
Con Alicia enfermita en la cama, Nerea
e Isabela disfrutaban a tope con todos los juguetes de la habitación. Se
disfrazaban de enfermera, hacían conciertos con los instrumentos musicales,
jugaban y armaban puzles…
Minutos después, la madre entró a la
habitación y vio a la pequeña Alicia en la cama mientras Nerea e Isabela
disfrutaban con los juguetes.
Inmediatamente la madre comprendió lo que
estaba pasando, por ese motivo sin decir media palabra se fue a la cocina y de
allí trajo un buen trozo de tarta de chocolate
Se acercó a la cama y empezó a darle
el rico trozo de tarta de chocolate a la pequeña Alicia.
Cuando Nerea e Isabela le pidieron un
poco, pero la madre se negó diciendo:
_ Esta tarta de chocolate es sólo para
Alicia porque a los enfermos hay que tratarlos bien para que cojan fuerzas y tengan
una pronta recuperación.
Luego la madre se levantó y volvió a la cocina.
Esta vez trajo un rico batido de frutas y también se lo dio a la pequeña
Alicia.
Nerea e Isabel al ver esto reflexionaron
y le dijeron a su pequeña hermana que se levantara de la cama que ya estaba
sana y que podía jugar con ellas.
Luego se acercaron a su madre pidiéndole que
les diera un trozo de la tarta de chocolate. La madre les dijo que se los daría
pero que primero debía saber la importancia de compartir.
_ ¿Cuál es la importancia de compartir
mamá? _ preguntó Isabela.
_ Es importante compartir porque
cuando lo haces aprendes a ser generoso, a ser justo, y aprendes a ser un buen
amigo _ explicó la madre.
Autora: María Abreu
El que da al pobre no pasará
necesidad, pero el que cierra sus ojos tendrá muchas maldiciones. (Proverbios 28:
27)
_ Primero tienes que aprender a dividir
el dinero que te dan tus papás. De ahí, gasta 50 céntimos para chuches y ahorra 50 céntimos para la hucha. A todo esto, se le llama ingresos, gastos
y ahorros_ explicó la madre.
_ ¡De acuerdo mamá! _ expresó Miqueas
muy contento porque por primera vez iba a aprender a ahorrar.
Segundos después fue a su habitación y
sentado en su mesita de estudio contó los
ingresos de un dinero
que le había regalado su abuela, más el dinero que le habían dado sus papás. Dividiógastospara los chuches y
echó sus ahorrosen la hucha.
Pasadas unas semanas Miqueas ahorró el
dinero suficiente y se fue a la tienda con su madre a comprar su ansiado osito
de peluche.
Dormido, abrazado a su peluche Miqueas
aprendió acerca del valor del ahorro.
Autora: María Abreu
En casa del sabio hay riquezas y perfumes,
pero el necio gasta todo lo que tiene. (Proverbios 21: 20)
En un acogedor hormiguero
de tierra con muchas ventanitas vivía la hormiga Rita.
Muy temprano en la mañana
cuando apenas empezaban a salir los primeros rayos del sol todas las hormigas
salían del hormiguero a trabajar.
Unas iban hacia un árbol
y otras regresaban al hormiguero cargando ramitas y comida en sus mandíbulas.
Sin embargo, la hormiga Rita seguía acostada en su cama de algodón. Entre
bostezo y bostezo intentaba levantarse.
_ ¡Buuuuá! ¡Buuuuá! _ se
daba media vuelta y se quedaba dormida.
.....
.....
Varias horas después la
hormiga Rita se levantó de la cama y acercándose a la ventana vio a las demás hormigas
trabajando.
_ ¡Qué pereza! _ dijo
entre bostezo y bostezo.
Aún en pijama se sentó en
una silla, comió un poco de cereal y cruzó los brazos para descansar.
Sin embargo, las demás hormigas seguían trabajando, haciendo
limpieza, preparando nidos y almacenando comida para el invierno en los túneles
subterráneos del hormiguero.
Pasaban los días y la
hormiga Rita continuaba levantándose tarde. Se asomaba a la ventana y desde
allí contemplaba a las demás hormigas que iban y venían cargando en sus
mandíbulas semillas, cereales y azúcar.
_ ¡Buuuuá qué pereza! _
dijo entre bostezos.
Se sentó en una silla,
comió un poco de cereal y luego cruzó los brazos para descansar.
Al rato se fue a la cama
a dormir un poco más. Al día siguiente se levantó tarde de la cama y
acercándose a la ventana, esta vez no vio a las hormigas trabajando como de
costumbre.
Sólo veía caer los copos
de nieve formados por pequeños cristales de hielo que cubrían la tierra con un
gran manto blanco.
Asustada porque no le
quedaba comida en la despensa corrió y se puso una cazadora y una bufanda para
salir a buscar alimentos.
.....
....
Cuando abrió la puerta,
observó que la nieve blanca y esponjosa ya estaba compacta y lisa. Todo estaba
cubierto por el gran manto blanco de la nieve.
La hormiguita Rita con frío
y hambre decidió tocar las puertas de las casitas de las hormigas y extendiendo
las manos pedía comida.
Al final, la
hormiga Rita por no querer trabajar terminó pobre y mendigando.
Autora María Abreu
.....
...
Perezoso, ¿hasta cuándo
has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y
cruzar por un poco las manos para reposo;
Así vendrá tu necesidad
como caminante, Y tu pobreza como hombre armado. (Proverbios 6: 10, 11, 12)