Cuentos clásicos

domingo, 11 de octubre de 2020

Al conejito Fito se le cae su primer diente

El conejito Fito, está jugando en el bosque corriendo detrás de las libélulas y de las mariposas.

Entre saltos y saltos intenta atraparlas. De pronto le suenan unos gases y se toca la barriguita con las dos manos porque siente hambre.


 

En ese momento deja de perseguir a las libélulas y a las mariposas para acercarse a un manzano.

Con un par de saltos intenta agarrar una manzana, pero se da cuenta de que no puede ni siquiera tocarla.

Por ello, decide agarrarse del tronco del manzano para trepar el árbol. Subido en el manzano el conejito Fito logra agarrar una manzana y le da un mordisquito.

Comiendo la manzana, el conejito Fito se da cuenta de que tiene un diente flojo y, siente que el diente baila cuando lo toca con un dedo.

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Baja del árbol de prisa, y cuando entra en su casita le explica a mamá coneja que tiene un diente flojo.

Mamá coneja, que estaba sentada en el sofá del salón viendo la tele, se levanta y se acerca a tocarle el diente al conejito Fito, y le explica que no tiene que tener miedo, porque es un diente de leche que tiene que caer, para que salga uno más fuerte.

El conejito Fito pone carita triste porque no quiere perder su diente.

Entonces mamá coneja le anima diciéndole que no debe ponerse triste, porque en el momento que su diente de leche se caiga debe colocarlo debajo de la almohada, para que en la noche el ratoncito Pérez se lleve el diente y a cambio de éste, le dejará un bonito regalo debajo de la almohada.

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Al escuchar lo del regalo, al conejito Fito se lo sonrojó la carita de felicidad y anhelaba con mucho entusiasmo que su diente de leche se le cayera.

Al poco rato, el conejito Fito se fue a jugar a su habitación y volvió corriendo donde mamá coneja con el diente de leche en la mano, porque se le había caído.

Mamá coneja con una dulce sonrisa le entregó un pequeño cofre, para que metiera el diente de leche y lo pusiera debajo de la almohada.

El conejito Fito, con ojitos brillosos, y carita sonrojada de felicidad, metió el diente de leche en el pequeño cofre y se fue saltado a guardarlo debajo de su almohada.

Al llegar la noche, el conejito Fito cenó puré de verduras y un, yogur natural de postre y luego se fue a dormir con su pijamita de rayas.

Acostado en su cama, con el diente debajo de la almohada, esperaba despierto hasta altas horas de la noche, que llegara el ratoncito Pérez. Pero las horas seguían pasando y el conejito Fito finalmente se quedó profundamente dormido.

A la mañana siguiente, unos rayitos de sol que entraron por la ventana de su habitación lo despertaron. El conejito Fito dio un salto, y con mucho entusiasmo buscó debajo de la almohada y encontró un bonito regalo que le había dejado el ratoncito Pérez a cambio de su diente de leche.

El conejito Fito estaba tan contento que se pasó todo el día jugando con su bonito regalo.

 

Autora: María Abreu

 

Y dijo: De cierto os digo, que, si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. (Mateo 18: 3)

El conejito Fito deja de usar pañales

Mamá coneja está dando de comer puré de zanahorias al conejito Fito. De pronto se da cuenta de que éste empieza a empujar con la carita rojita de hacer tanta fuerza.

Mamá coneja lo lleva al inodoro, le quita el pañal y lo sienta para que haga caquita. Pero el conejito Fito se siente asustado y se pone a llorar pensando que el inodoro se lo va a tragar.


 

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Viendo los llantos del cojito Fito y la resistencia de no querer estar sentado en el inodoro mamá coneja no haya qué hacer para enseñar al conejito Fito a controlar sus esfínteres.

Hasta que se le ocurrió la idea de quitarlo del inodoro y sentarlo en un orinal. Ahí sentado, agarrado por su madre el conejito Fito no para de llorar porque aún está asustado.

En ese momento, mamá coneja lo levanta, le pone el pañal y le calma el llanto con mucho cariño. El conejito Fito hace caquita en el pañal y mamá coneja lo limpia con toallitas húmedas.

Al día siguiente mamá coneja le está danto yogur natural al conejito Fito. En ese momento se da cuenta de que el conejito Fito está haciendo fuerza con la carita roja de tanto empujar.

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Entonces mamá coneja lo lleva al baño y lo pone de pie frente al orinal y le explica que le quitará el pañal para que haga caquita, pero el conejito Fito se niega diciendo a todo que no.

Mamá coneja agarra a un oso de peluche y lo sienta en el orinal explicándole al conejito Fito que no debe tener miedo que, ahí estará cómodo como su oso de peluche.

Finalmente, el conejito Fito se sienta en el orinal y desde ese día dejó de hacer caquita en el pañal.

Autora: María Abreu

 

Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.  (Isaías 41: 13)

Nacimiento del conejito Fito

En la habitación de una acogedora casita ubicada en las llanuras de un verde bosque nace el conejito Fito.

Mamá coneja lo envuelve en una mantita de algodón y empieza a darle leche de su pecho.


 

El conejito Fito, pequeñito y delicado se queda dormidito en brazos de mamá mientras es amamantado.

Luego se despierta y mamá coneja le pone un pañal de recién nacido y un pijamita de rayas.

Papá conejo se acerca y le da un beso a su pequeño conejito. A éste se le ruboriza la carita y abre sus ojitos marrones moviendo las patitas y las manitas.  

De esta manera nace el conejito Fito de ojitos marrones y blanquito como un copito de nieve.

 

Autora: María Abreu

 

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Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas

Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. (Salmos 139:16)