Cuentos clásicos

miércoles, 14 de octubre de 2015

El ruiseñor y la primavera


Es la mañana del 21 de marzo. El viento comienza a soplar suavemente agitando las ramas de los árboles como queriendo arrancar el polen de las flores.

El viento llega con alegría, bailes y movimientos deseando anunciar algo.

Pero se asoma el sol y comienza a calentar el bosque.

Mágicamente reverdecen los pastos y florecen los árboles dejando fluir  un delicado aroma.

Llegan las mariposas revoloteando sobre las flores y embriagándose de colores vuelan de aquí para allá.

En ese instante se escucha una multitud de silbidos, borboteos y dulces cantos.

Más un canto sobresale, pues hay pocos pájaros que canten mejor que él. Es un ruiseñor anunciando la llegada de la primavera.

_ Ha llegado la belleza, el amor, un nuevo comienzo _ canta el ruiseñor, moviéndose ágilmente entre la vegetación.

Ligeramente sale del matorral y salta hacia el suelo. Ahí, al descubierto, camina entre las hojas buscando insectos para comer.

Después de haber soportado un frío invierno lleno de oscuridad y soledad. El ruiseñor entiende que la primavera siempre trae nuevos comienzos y abre camino a la esperanza.

Autora: María Abreu

“Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra.” (Cantares 2:10-12).